lunes, 10 de marzo de 2014

Fallecidos en accidente de montaña

Este fin de semana, hay cinco fallecidos más en accidente de montaña.

Desde hace mucho tiempo, se vienen escuchando cada semana las estadísticas de los muertos en accidente de tráfico. De lo peligroso que es conducir, sin tener en cuenta que no es lo mismo un tipo de vía que otras (solamente hay que tirar de estadísticas y comparar carreteras de montaña con autovías). Parece que vamos prestando más atención a la carretera y que pasado el momento de tensión inicial, nos relajamos y disfrutamos de nuestro fin de semana.

La playa es un lugar habitual de esparcimiento, pero como todavía no son fechas, decidimos ir a la montaña... pero como si fuéramos a la playa. Que a veces no nos falta más que llevar las toallas. Y ocurre lo que tiene que ocurrir, los indeseables accidentes que nos fastidian el fin de semana y quién sabe cuanto tiempo más. Seguramente todos hemos oído hablar de ese vecino o ese del pueblo que se fue a dar un paseo al campo y volvió con un esguince o un hueso roto.

A veces también les oímos quejarse por la factura que les han pasado por el rescate y sabemos que a nosotros no nos podría pasar, porque somos montañeros de verdad, "con carnet y todo". Y es que nos creemos más preparados que nadie porque estamos federados y no sólo pagamos por adelantado cualquier rescate que podamos necesitar con el seguro de montaña, también nos arriesgamos mas y a base de riesgos, nos vamos creciendo y nos sentimos más seguros jugando con el riesgo.

A veces oímos hablar de personas que pese a estar preparadas, decidieron arriesgar un poco más de la cuenta y esa vez les salió mal. Todos los que hemos vivido la montaña lo hemos tenido cerca. Hemos visto que el cansancio juega malas pasadas y lo que podía haberse evitado, acaba marcando las vidas de varias familias por siempre.

Este fin de semana se han quedado en Gredos cinco montañeros. Cinco personas que como yo, tenían una afición y creyeron controlar una naturaleza que siempre nos sorprende. Que nos trae una ventisca cuando apenas llevamos abrigo porque ya estamos en abril o un sol que provoca avalanchas en marzo.

No hace demasiado subiendo con unos amigos, montañeros también, a Peñalara, me obligaron a dar la vuelta cuando estábamos acercándonos al circo de la laguna grande. Me obligaron a dar la vuelta antes de empezar porque unos tímidos rayos de sol hicieron dudar a Emilio, el que más experiencia tiene del grupo. A regañadientes di la vuelta tras ellos y cuando nos alejábamos en dirección a la laguna de los pájaros el crujido del hielo nos hizo mirar hacia atrás para ver caer la placa por la que yo quería haber subido...

Este fin de semana, cinco personas no tuvieron la misma suerte que yo de tener un Emilio que les hiciera cambiar de planes sobre la marcha.

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